Esto lo escribo desde las entrañas, si hay un lugar que deben conocer en La Serena y Coquimbo es la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt, más conocida por el nombre de una de sus islas: Isla Damas. He vacacionado varias veces en La Serena y Coquimbo, pero por razones de presupuesto nunca había conocido esto, pues cuando vas en familia hay otras prioridades y otros costos asociados.
Hay varias formas de ir, uno puede abordar furgones y buses hacia Punta de Choros ($5.000 – 8 USD ida por persona aproximadamente, 2 horas de viaje), en Tripadvisor existen datos de algunos teléfonos, lo ideal es consultar en la Oficina de Turismo para recibir orientación de acuerdo a tus necesidades y tomar temprano esta locomoción.
La segunda forma, más cómoda, es tomar un tour. En costos puede ser un poco más caro, pero te da la seguridad de tener el transporte cubierto, la embarcación, el costo de CONAF, el almuerzo, junto con poder compartir con otros viajeros. Una de las empresas que realiza este servicio es Ecoturismo La Serena, la cual elegí por recomendaciones en el hostal y por Tripadvisor, aunque también existen otras.
El camino es bellísimo, uno de los lugares que más me gusta (como pasajero, porque como conductor es más complejo jajaja) es la Cuesta Buenos Aires, lugar donde la Panamericana sube desde la planicie y remonta la Cordillera de la Costa para llegar al valle, es un espectáculo porque vas atravesando las nubes.
El camino desde la Panamericana a Punta de Choros también es todo un espectáculo para quienes aman la geografía, pues se puede ver la Quebrada de Los Choros que, antes de un terremoto ocurrido en las cercanías de Vallenar en 1922, era un río. ¡Sí! Toda esa arena blanca era donde estaba el río. Es un entorno único donde puedes ver zorros, guanacos, burros y otros animales, ¡toda una maravilla! El camino tiene unas zonas un poco escarpadas, pero es apto para gran parte de los vehículos.
Son alrededor de 60 kilometros de camino desde la Panamericana a Punta de Choros, el viaje desde La Serena demora alrededor de 2 horas. Una vez que llegas a Punta de Choros, las personas deben subir a una embarcación para conocer las islas que conforman la Reserva Natural. Por su naturaleza de lugar de conservación, CONAF tiene un número de cupos restringidos por día, por lo que es necesario llegar muy temprano en temporada alta.
La embarcación se interna dentro del mar, hay zonas donde existe gran oleaje pero siempre se realiza el tour de una forma segura. Dependiendo del día y de la suerte que tengas, podrás apreciar distintas especies tanto en el mar como en las islas. Para bendición de ustedes, ¡ese día pude ver casi todas las especies que se pueden ver!
Dos de las aves más bonitas, el hermoso cormorán lile y el famoso pingüino de Humboldt, que da nombre a la reserva porque éste es uno de los pocos lugares donde se encuentra. Recibe el apodo de pájaro-niño.
Otra ave presente en este viaje es el piquero, que es más conocido en Perú pero que está presente por aquí. Es una de las principales aves guaneras.
Es posible ver a los lobos marinos en actividad, o durmiendo, que es casi lo mismo. No se ve mucho en la foto, pero detrás había un lobito bebé descansando entre ambos padres, ¡toda una escena de ternura!
Uno de los animales más difíciles de captar ante la cámara apareció, el chungungo, que también se le apoda «gato de mar» y que es uno de los pocos depredadores que tienen los pingüinos en el lugar, pues se comen sus huevos. Es tan difícil observarlo que no hay muchos estudios acerca de él.
Otro avistamiento interesante fue conocer in situ al elefante marino, este animal suele tener harenes. Es un animal vulnerable a la acción del ser humano, por lo que es una experiencia gratificante poder disfrutar de su presencia todavía.
Una de las cosas más fascinantes fue navegar con los delfines al lado, los muy juguetones son demasiado escurridizos para fotografiarlos, pero sin duda que mirarlos y disfrutar de su gracia son una experiencia única. Esperemos que cuando vayan ustedes puedan conocerlos en persona, ¡es algo que deben vivir!
El tour contempla bajarse en Isla Damas, que es uno de los atractivos turísticos mayores. Hay una playa con apariencia paradisiaca de aguas frías y existen algunos senderos interpretativos, se destaca un camino que rodea la isla y permite conocer la fauna (principalmente gaviotas) y tener vista hacia otra playa, mientras que hay otro camino más corto que lleva a un mirador, que es el que habitualmente hacen los turistas. La playa de Isla Damas, por ser de CONAF, no es para bañarse, pero uno puede mojarse los pies y descansar. ¡Es un lugar muy agradable!
Finalmente, mencionar que durante el viaje de ida hacia isla Choros e isla Damas también pudimos disfrutar de otra experiencia bendita: escuchar y ver a una ballena. ¿No es maravilloso?
Una vez que ya desembarcamos desde isla Damas, todo es más tranquilo y estamos más cansados. El tour contempla un almuerzo en uno de los pocos oasis que hay en la Quebrada de los Choros, un almuerzo muy contundente y con variedades para todos los gustos. ¡Una delicia! Este lugar también ofrece alojamiento para quienes busquen cosas de este tipo.
Y si creíamos que todo había terminado ahí, que sería un regreso al hostal sin novedad, ¡pues nos equivocábamos! Pues pudimos tener la gran bendición de ver zorros. Nosotros estábamos fascinados, eran varios pero no se acercaban mucho por razones obvias. Uno NO debe alimentarlos, porque sino se acostumbran. Hay que respetar a la naturaleza y tratar de intervenir lo menos posible.
El resto del camino fue tranquilo, la mayoría se fue durmiendo, teníamos que bajar la Cuesta Buenos Aires, que ya por la tarde no tiene la nube en pleno camino, la vista era hermosa para quien le guste apreciar nuestra geografía.
Finalmente, nos dejaron a cada uno en el hostal correspondiente, de forma muy diligente. En el fondo, una experiencia maravillosa, poder disfrutar de todos estos paisajes hermosos y la maravilla que nos ofrece la naturaleza, ¡un espectáculo único e imperdible en La Serena!
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